Medidas de autoprotección para víctimas de violencia de género (1) Si todavía convives con el maltratador
Lo primero que debes saber es que lo que te está ocurriendo les pasa a muchísimas mujeres en el mundo y que el hecho de que seas maltratada no tiene nada que ver con tu edad, estatus sociocultural, situación económica, nacionalidad, ni con el lugar en el que vives. Tampoco tiene nada que ver con situaciones personales, por lo que los problemas de trabajo o tensiones familiares que tu pareja pueda tener no son responsables ni le da derecho a hacerte daño.
El
maltrato es una grave violación de los derechos humanos que no puede ni debe
ser justificado bajo ningún concepto y del que el único responsable es quien lo
ejercer. Tú no tienes la culpa de lo que está sucediendo. Una vez la violencia
ha comenzado, es muy difícil de detener y, por el contrario, suele agravarse con
el tiempo, por lo que se necesita ayuda externa para salir de dicha situación.
“El amor duele”, “quien bien te quiere te hará
llorar”… nunca un refrán fue tan desacertado. No, el amor no debe doler, el
amor no debe hacerte sufrir, el amor no debe ponerte en peligro. El maltrato es un proceso
cíclico que se repite una y otra vez en el tiempo, siendo cada vez más breve
entre sus fases y más violento.
No
hay nada que puedas hacer para que tu pareja deje de maltratarte, su conducta
obedece a unas creencias estereotipadas muy arraigadas a través de los años.
Sus promesas y regalos, sólo son una forma de retenerte a su lado, pero la
violencia no cesará.
Aunque
no está en tus manos cambiar el comportamiento del agresor, sí que puedes poner
fin a esta situación, con la colaboración de todos los profesionales que
estarán encantados de ayudarte.
Este
texto se compone de una serie de indicaciones, precauciones o recomendaciones
para aquellas mujeres que han decidido poner fin a una relación de violencia
pero que todavía conviven con el maltratador:
Trata de informar a personas cercanas
de tu entorno Cuenta lo que ocurre a una persona de tu entera
confianza (familiar, amigo, vecino/a o allegado/a más próximo/a) con quién
estés segura de que puedes contar en estos momentos tan difíciles, sobre todo
en caso de que tengas que salir de tu domicilio inesperadamente. Si has perdido
el contacto con aquellas personas en las que confías, retómalo, ahora lo vas a
necesitar más que nunca. No tengas miedo a reproches por parte de esas personas
que quieres y con las que cortaste relación por presión de tu pareja, pues es
algo que les sucede a muchas mujeres víctimas de violencia. Lo más probable es
que ellos lo comprendan y se alegren del difícil paso que has dado al pedir
ayuda. No debes afrontar esto sola.
Acuerda con esa persona alguna
contraseña o señal mediante la que le harás ver que estás en peligro y que
sea ella quien pida auxilio.
Ten presente adónde te vas a dirigir. Acuerda con antelación que esa
persona, u otra de confianza, esté en casa esperándote cuando acudas a su
encuentro y pueda acompañarte a poner la correspondiente denuncia y alojarte en
su casa mientras encuentras un lugar en el que poder quedarte.
Infórmate de los recursos públicos a tu
alcance: es
importante que conozcas los lugares seguros a los que puedes dirigirte tras
abandonar el domicilio familiar y las personas que pueden ayudarte y asesorarte.
En tu localidad puedes acudir al Centro Municipal de
Información a la Mujer, al Punto de Información a la Mujer o a los Servicios
Sociales Comunitarios. Infórmate en tu Ayuntamiento donde se encuentran
ubicados estos servicios en tú Municipio. También puedes contar con asociaciones
de mujeres expertas, con recursos propios, que podrán ofrecerte orientación
jurídica y psicológica, así como asesoramiento laboral y recursos para mujeres
que, además, se encuentren en desempleo (como la impartición de cursos de
formación).
No consumas psicofármacos sin prescripción. Si no
es recomendable en ningún caso, en tu situación necesitas además estar alerta y
lúcida para pensar, decidir y poder defenderte.
No des indicios de tus planes de
finalizar la relación: No comuniques a tu agresor tu intención de
terminar la relación sentimental, pues éste podría llevar a cabo conductas para
impedir que te marches, y tu vida podría ponerse en riesgo.
No difundas información sobre el lugar
donde piensas refugiarte. Por muy
enfadada que estés, no comuniques a tu agresor adónde acudirías en caso de
abandonarle, será el primer lugar donde vaya a buscarte.
Evita aquellos medios de comunicación
en los que tus conversaciones puedan quedar registradas o grabadas
(WhatsApp, Line, Facebook y otras redes sociales…) o elimínalas al finalizar, de forma que tu
agresor no pueda llegar a conocer tus intenciones de marcharte ni adónde irás.
Deja una bolsa en casa de tu persona de
confianza con todo lo que consideres necesario (ropa,
medicamentos, etc.), por si tienes que marcharte de repente. Hazlo cuando tu
pareja no se encuentre en casa. Es importante que incluyas en la bolsa
solamente aquellas cosas que tu agresor no pueda echar en falta.
Guarda
en la bolsa una copia de toda aquella documentación de relevancia que
puedas necesitar: libro de familia, contrato de alquiler de la
vivienda o de arrendamiento, escrituras de propiedad, documentos de seguros,
expedientes académicos (tuyos y de tus hijos), permiso de trabajo (en caso de
que no tengas nacionalidad española), partidas de nacimiento, certificados e
informes médicos y tarjetas de la seguridad social, permiso de conducir, DNI y
pasaporte, documentos acreditativos de los ingresos y de los gastos familiares,
tarjeta de crédito o cartilla del banco, recibos del banco o de salarios o nóminas
o copia de la declaración de la Renta de Personas Físicas, inversiones,
documentos de separación y divorcio, documentación de los vehículos de la casa,
etc. Anota toda la información que pueda ser útil de cara a un juicio. Si
tienes algún documento acreditativo de agresiones anteriores, llévatelo
contigo.
11) Haz
un inventario de todos los bienes, propiedades y objetos que
haya en la vivienda o propiedades de vuestra titularidad e inclúyelo en la
bolsa.
12) Haz también
una lista con los teléfonos y direcciones
de
amistades, parientes, médicos/as y escuelas.
13) Guarda
en algún lugar seguro una copia de las llaves de tu domicilio y del coche.
14) Acostúmbrate
a no llevar adornos como cadenas o colgantes que tu agresor pueda utilizar para
lastimarte.
15) Intenta
alejar, esconder o retirar aquellos objetos de la vivienda que puedan resultar
peligrosos y/o que tu pareja pueda utilizar para agredirte
(cuchillos, palos, armas de fuego, etc.) y procura mantenerte alejada de aquellas
habitaciones donde estos objetos sean más frecuentes, como la cocina. El lugar
más seguro es la habitación más cercana a la puerta de la calle, de forma que
puedas marcharte más fácilmente.
16) Ten
una habitación con cerrojo, donde puedas refugiarte en caso
de agresión, si no te es posible salir del domicilio.
17) Ten
siempre un teléfono en esa habitación o el teléfono móvil a mano, con el número
de emergencias en marcación rápida. Al
realizar la llamada, es muy importante que te identifiques y, sobre todo, que
especifiques el lugar en el que te encuentras.
18) Si
tienes hijos, ten preparada una señal con ellos para que se encierren en una
habitación o salgan de la casa a pedir ayuda a alguien de confianza
que viva cerca, en caso de agresión inminente. Es importante que sepas que
vivir en una casa rodeada de violencia puede afectar al desarrollo psicológico
de tus hijos, además de crearles un peligro de daño físico por parte de su
progenitor. No tengas miedo a “dejarles sin padre” o “desamparados”, pues lo
que realmente necesitan es alejarse de esa situación de violencia que les está
haciendo daño. Además, tus hijos no sólo contarán contigo y con las personas de
tu entorno que te ofrecerán su apoyo, sino que las autoridades, los servicios
sociales y asociaciones estarán encantados de poder ayudaros a superar esta
terrible situación. Tomar la decisión de poner fin a la violencia es lo mejor
que puedes hacer por ti y por ellos. Si además tienes constancia de que tus
hijos están siendo maltratados física y/o psicológicamente, o tienes miedo de
que lleguen a serlo, es tu obligación protegerles poniendo la correspondiente
denuncia. Piensa que es tu testimonio su única esperanza.
Debes
tener en cuenta que el momento de la separación te pone en una situación de alto
riesgo, por lo que es de vital importancia que sigas las siguientes pautas a la
hora de abandonar la vivienda:
1.
Elige el momento adecuado: lo ideal es que tu agresor no
se encuentre en casa. Si no se ausenta lo suficiente como para posibilitarte la
huida, ofrece un pretexto o excusa que sea creíble, de forma que puedas
abandonar la casa sin levantar sospechas.
2.
Si tienes hijos, llévalos contigo. Tu
expareja podría tratar de hacerte daño a través de ellos.
3.
Si tienes tiempo, no olvides coger
aquella documentación personal original que puedas necesitar para
poder defender tus derechos. Es posible que no tengas otra posibilidad de
recuperarlos, ya que tu agresor podría deshacerse de ella. Es recomendable que
guardes bien dicha documentación o se la des a otra persona de confianza para
que te la guarde.
4.
Guarda aquellos objetos de gran valor
que sean irreemplazables: ropa, medicamentos, fotos, joyas. Evita
coger cosas innecesarias que te harán perder el tiempo. Es muy importante que
seas breve, pues podría ser muy peligroso para ti que el agresor te descubriese
haciendo las maletas. Si no te es posible coger nada, márchate lo antes posible
y solicita a un agente que te acompañe a casa para recoger tus cosas, una vez
hayas puesto la correspondiente denuncia. La Policía puede acompañarte
en cualquier momento si necesitas recoger algo de tu domicilio. Además, debes
tener en cuenta que abandonar la vivienda cuando existe un riesgo para tu salud
y la de tus hijos, no se considera abandono de hogar y no te perjudicará en
modo alguno. No obstante, es conveniente que interpongas la denuncia y presentes
demanda de separación o medidas provisionales en el Juzgado antes de que pasen
30 días desde el momento de tu marcha.
5.
Reúne todo el dinero que puedas antes
de marcharte, tus hijos y tú lo necesitaréis. Más tarde, será recomendable que
abras una cuenta en un banco que sólo tú conozcas y lo deposites
6.
Si tienes
lesiones físicas o psíquicas, o crees que puedes tenerlas, acude a un centro
médico. Explica el origen de las lesiones y solicita copia
del informe médico para adjuntarlo a la denuncia.
7.
Denuncia.
Una
vez te hayas alejado de tu agresor, es importante que pongas la correspondiente denuncia en cualquier Comisaría de Policía Nacional, Puesto o
Cuartel de la Guardia Civil, Jugado de Violencia de Género o Juzgado de Guardia
o de Violencia de Género. Será
la única forma en que las autoridades tendrán conocimiento de tu caso y podrán
ayudarte. Allí serás informada de los derechos
que te asisten así como de las ventajas y las consecuencias de la denuncia. Ellos
te informarán de los pasos que debes dar y aquellos recursos a tu alcance, como
la posibilidad de recibir asistencia jurídica. Pon en conocimiento de las
autoridades aquellos otros actos de violencia física y psicológica que hayas
sufrido a lo largo de toda tu relación con el agresor. Haz constar textualmente
las agresiones, insultos, amenazas y humillaciones recibidas. Para evitar que
los nervios te impidan expresarte con claridad, puedes ayudarte con una lista
de los aspectos importantes que deban conocer los agentes que intervienen:
denuncias anteriores, situaciones de violencia vividas (con fechas, hora y
lugares), posibles testigos presentes, posibles pruebas (ropa rota o
ensangrentada, armas, objetos destruidos, etc.). Procura
no ocultar ni omitir detalles que puedan ser relevantes. Si tu agresor dispone
de licencia o permiso de armas, comunícaselo a las autoridades. Lee
siempre la denuncia antes de firmarla y solicita que se incluya todo aquello
que estimes importante, si consideras que no se ha recogido correctamente. No
tengas miedo a preguntar qué significan los términos o los puntos jurídicos que
te plantean si no los entiendes. Solicita un
justificante de la denuncia o una copia sellada de la declaración.
8.
Si tienes la posibilidad de contratar
un abogado de tu confianza, hazlo, será muy positivo tener a
alguien que te guíe en los pasos legales que necesitarás dar de ahora en
adelante –como por ejemplo una demanda de divorcio o de relaciones paterno
filiales-, de cara al juicio. Si no es así, asegúrate de contratar los
servicios de un letrado con el que te sientas cómoda y no tengas miedo a
cambiar tu elección en caso contrario. En caso de que no puedas permitirte la
contratación de un abogado, existe la posibilidad de asistencia del turno de oficio.
9.
Solicita el alejamiento de tu agresor. La
policía o la guardia civil te informarán de la posibilidad de solicitar una
Orden de protección, una medida que se aplica en situaciones objetivas de
riesgo para la mujer y para las personas que dependen de ella. La orden de
protección se puede solicitar ante el juez (que también puede decidirla de
oficio) o el ministerio fiscal (que también puede solicitarla), las fuerzas de
seguridad, las oficinas de atención a las víctimas o los servicios sociales e
instituciones asistenciales dependientes de las administraciones públicas y
establece medidas penales como el alejamiento del agresor o la prisión o la
prisión provisional, entre otras, y medidas cautelares, como la atribución del
uso del domicilio familiar y la custodia de los hijos de la víctima y el
establecimiento de una pensión alimenticia a su favor. Puedes pedirla en comisaria, la policía te cumplimentará el
modelo de solicitud que deberás firmar y quedarte con una copia. La orden de
protección es una medida para protegerte de tu agresor e implica la
imposibilidad de que el agresor se comunique contigo de forma alguna -ya sea en
persona, por teléfono, carta, correo electrónico u otro medio-, por lo que se
considerará quebrantada incluso aunque el agresor se te acerque con tu
consentimiento.
Debes saber que resulta muy peligroso para
tu integridad iniciar de nuevo la convivencia con tu agresor. Si aun
así decides volver a convivir con él y tienes una orden de alejamiento o
protección, deberás ponerlo en conocimiento de la autoridad judicial.
No
obstante debo hacer hincapié en el
hecho de que una persona violenta suele intentar manipular a la expareja para
que acepte verle con la intención de vengarse de ella haciéndole daño o
convencerla de que vuelva con él, reaccionando violentamente cuando esto no es
posible. Es crucial que te hagas consciente de la gravedad de la situación que
estás viviendo para que no corras riesgos innecesarios. En el peor de los casos,
el maltratador no durará con intentar acabar con tu vida si considera que no
podrá recuperarte. Su celopatía y su dependencia son tan grandes que no
soportará la idea de poder imaginarte con otra persona, pues te considera una
propiedad. Prueba de ello son todos
los casos en los que una persona asesina a su expareja y a los hijos de ambos,
para después suicidarse, un drama que lamentablemente no es aislado. Muchas de
estas mujeres que han perdido la vida o han perdido a sus hijos, habían
regresado con su expareja tras interponerle denuncias por malos tratos. A pesar
de su carácter violento, nunca imaginaron que su pareja pudiera llegar a tal
extremo, descubriéndolo demasiado tarde. Pusieron su vida en grave peligro,
dejándose llevar por las falsas promesas de sus agresores. Como ejemplo de
ello, te invito a consultar la siguiente página, un enlace a un libro que
contiene mensajes de maltratadores poco antes de asesinar o agredir a sus
parejas de forma violenta:
Procura
estar localizable desde que presentes la denuncia, por
si tu abogado, las autoridades o el juzgado necesitan ponerse en contacto
contigo. Sigue sus indicaciones y acude siempre a las comparecencias y lugares
que se te indique.
Eres
fuerte, has sido lo suficientemente valiente como para tomar la decisión de
salir de una situación de violencia, por ti y por tus hijos, a pesar del miedo.
Porque las personas valientes también tienen miedo, es una emoción humana que
simplemente nos ayuda a ser conscientes de que estamos en peligro. Puede haber
días en los que te preguntarás cómo vas a hacer para salir adelante sola, pero
no lo estás. Sola estás cuando tu pareja te impide apoyarte en las personas que
te quieren, personas de las que ahora te podrás rodear para salir adelante sin
necesidad de depender de quien te causa terror. Sola estás cuando nadie conoce
la terrible realidad que estás viviendo, una realidad basada en el miedo que
ahora te propones superar. Porque tú no eres una víctima, eres una
superviviente y una heroína para tus hijos. Y estamos deseando ayudarte.
Muchas
gracias por haberme dedicado tu tiempo.
*Todas estas recomendaciones
son orientativas y tienen un objetivo meramente psicoeducativo y preventivo. Si
eres víctima de violencia de género o piensas que puedes serlo o que alguien
que conocer puede serlo, ponte
inmediatamente en contacto con las autoridades. La recomendación más importante
de estas líneas es DENUNCIAR y CONFIAR EN LAS AUTORIDADES CORRESPONDIENTES.
Bibliografía:
Bibliografía:
·
Álvarez, Ángeles. “Guía para mujeres en situación de violencia de género”. Consejería
para la igualdad y bienestar social, Junta de Andalucía. 1998. <http://www.angelesalvarez.com//wp-content/photos/Guia-para-mujeres-maltratadas.pdf> (07/08/2015)
·
Mossos d’esquadra. “Medias de autoprotección para mujeres”. Generalitat de Catalunya.
Departament d’Interior. Relacions Institucionals i Participació.
·
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. “Medidas de autoprotección”. “Violencia de género y trata de mujeres”.
·
Portal de la Junta de Andalucía. “Qué hacer ante una agresión”. Consejería de justicia e interior.
<http://www.juntadeandalucia.es/organismos/justiciaeinterior/areas/violencia-genero/que-hacer.html> (07/08/2015)
·
Irandler, Manuel. “¿Qué hacer ante el maltrato doméstico y las agresiones sexuales?”. Instituto
Vasco de la Mujer. 2003. <http://www.emakunde.euskadi.eus/contenidos/informacion/violencia_guias/es_def/adjuntos/fol.que.hacer.maltrato.domestico.cas.pdf> (07/08/2015)
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