Es el
cumpleaños de tu hijo/a y has decidido cumplir su deseo regalándole un
dispositivo electrónico. Pero, ¿sabes la edad mínima recomendada para el uso
del teléfono móvil?, ¿conoces los riesgos de Internet para un menor? ¿Conoces
las pautas de seguridad para protegerse en Internet? Si tu respuesta a alguna o
todas de las preguntas anteriores es “no”, no te preocupes, en estas líneas resolveré
de forma breve y concisa dichas dudas, recomendando siempre ampliar esta
información con otras fuentes. A mayor información, mayor prevención.
Los niños son lo que se ha
dado en llamar “nativos digitales”, esto es, han crecido rodeados de una
tecnología que no existía hace unos años. Para ellos, los smartphones, tablets
y ordenadores son herramientas o instrumentos que han estado ahí prácticamente
desde su nacimiento. Las redes sociales
o la mensajería instantánea son parte de su vida diaria y, en ocasiones, ocupan
gran parte de su tiempo, por el uso continuado que dan a las mismas.
Sin embargo, esta
normalización de las nuevas tecnologías puede generarles una falsa sensación de
seguridad en Internet y de control ante algunas de las situaciones a las que se
enfrentan en el día a día en dicho contexto, lo que les puede llevar a adoptar
comportamientos de riesgo.
Así, la mayoría de los niños no saben utilizar estas
herramientas de forma segura, pudiendo suscribirse a contenidos de pago o acceder
de forma voluntaria o involuntaria a contenidos que no son apropiados para su
edad –contenido pornográfico, violento, o discriminatorio, apología del delito,
etc.-, además de las páginas webs o blogs que ponen en peligro la vida de los
menores rindiendo culto a los trastornos de la alimentación -por ejemplo las páginas
tan lamentablemente conocidas como Ana y Mia- o que incitan a los menores a la
autolesión (self-injury), mediante conductas que pueden llevar al suicidio como
ahorcamientos o cortes. Otra consecuencia muy negativa del uso inadecuado de
Internet y sus herramientas asociadas puede ser una fuerte adicción a estas
nuevas tecnologías.
La victimización en la red puede producirse a través
del acceso ilegal a los archivos contenidos en un teléfono móvil, tablet, pc o
nube, mediante engaño en redes sociales, chats, páginas web, email o Internet
en general. Si nosotros debemos
tener cuidado con los fraudes online, servicios de compraventa, subastas
online, casinos y apuestas, pagos online o acceso a la banca electrónica, con
nuestros hijos debemos hacer hincapié en instruirles en un buen uso
de la webcam, en las precauciones a la hora de acceder a las Wifis públicas, al
descargar aplicaciones – entre otras cosas por el desconocimiento de los
permisos que otorgan- o acceder a navegadores o juegos online, entre otros,
además de proteger adecuadamente nuestro siestema informático y nuestra Wifi.
Entre los delitos a los que pueden verse expuestos en
la red se encuentra el robo de identidad digital y los derivados del sexting y el sexcasting, tales como el
ciberbullying, el grooming o la sextorsión, entre otros.
La
sextorsión es más común en la adolescencia, etapa de la vida marcada por la
búsqueda de la propia identidad, la necesidad de autoafirmación, de definición
sexual y de pertenencia a un grupo (aunque se han dado casos de niñas víctimas
de sextorsión con apenas 9 años de edad). Así, los adolescentes son más
propensos a situaciones de sobreexposición en temas sexuales, especialmente entre
los iguales. Además, los menores con problemas psicológicos, como depresión,
pueden ser especialmente vulnerables a cierto tipo de engaños en la red.
Los menores usan las nuevas
tecnologías cada vez con mayor frecuencia, pues éstas se van adaptando a sus
necesidades y su accesibilidad va siendo también mayor, pero no debemos
preocuparnos, ya que estos
avances tecnológicos no son una amenaza, sino que suponen una herramienta y una
oportunidad cuando son utilizados de una forma adecuada, ofreciendo un mundo
inimaginable de posibilidades de aprendizaje y comunicación para niños y
adultos. Es cuando no son bien empleados, cuando no tomamos las medidas
adecuadas, que pueden conllevar una serie de riesgos.
Para que los menores estén
más seguros podemos aplicar ciertas medidas de seguridad técnica en nuestros
equipos, aunque debemos tener en cuenta que también pueden acceder a internet
desde sitios diferentes a la vivienda familiar (biblioteca, casa o móvil de un
amigo, cibercafé, etc.). Por ello debemos estar formados e informados para
poder aplicar medidas de seguridad, pero a la vez debemos ayudarles a que
tengan un comportamiento correcto online para que aprendan a estar seguros y
atentos independientemente del dispositivo que utilicen para conectarse a
Internet. Las pautas de uso que establezcamos dependerán del contexto, la edad
y madurez del niño, siempre haciendo hincapié en una cultura de la privacidad, es
decir, conseguir que sean conscientes de los riesgos existentes al exponer datos
personales públicamente.
A
continuación enumero algunos consejos a la hora de introducir a nuestros hijos
en el mundo de Internet:
1. Hazte consciente de
los peligros de la red. Para poder proteger a tu hijo/a, es crucial
que te hagas consciente de que puede
estar interactuando con personas desconocidas a través de la red, pues Internet
es principalmente eso, una herramienta de comunicación, la cual se puede dar de
muchas formas y en muchos espacios diferentes. Esto no quiere decir que los
menores no puedan navegar solos en Internet y debamos estar constantemente con
ellos -algo casi imposible, y contraproducente cuando hablamos de
adolescentes-, sino que es importante ser consciente de los riesgos para actuar
en prevención.
2. Infórmate sobre las
edades mínimas recomendadas: El informe "Por un Uso Responsable de las Nuevas Tecnologías",
publicado por la Comunidad de Madrid, señala que, teniendo en cuenta que el
proceso de independencia de un menor se inicia a partir de los 13 o 14 años, lo recomendable sería que no adquiriesen
un terminal móvil hasta esa edad, siempre en el marco imprescindible del
control parental. Además, el informe apunta que la adquisición para menores de 14 ó 15 años debería estar justificada
por situaciones o circunstancias personales o familiares que hagan aconsejable
la misma: desplazamientos importantes del menor habituales por razón de
escolarización u otras causas, enfermedades importantes de miembros de la
familia, etc.
En cuanto a la elección entre teléfono de prepago o
contrato,
argumentan que se deben valorar sus pros
y contras, decidiendo la modalidad que más se ajuste. El prepago permitiría
un mayor ejercicio de autocontrol por
parte del menor (puede ayudar a limitar el consumo) mientras que la modalidad de contrato requiere,
lógicamente, un exhaustivo control por parte de los padres, si bien facilita,
por ejemplo, el control de los números a los que se ha enviado llamada desde el
teléfono del menor.
Sin
embargo, en este caso también debemos tener en cuenta la edad, la madurez, que
puede variar entre niños de la misma edad, así como el tipo de relaciones familiares
con los adultos de referencia.
Salvo circunstancias de fuerza mayor, los teléfonos
móviles no deben llevarse a los centros escolares y, en caso contrario, deben
permanecer apagados durante las clases.
Por último, el
informe nos aconseja proteger a los menores de los niveles de exposición a las
emisiones de los teléfonos móviles, si bien no especifica los riesgos que ello
contrae. Ante eso, hay que decir que, aunque
hay muchos rumores al respecto, no existe ningún estudio fiable que haya
establecido una correlación entre las ondas de telefonía móvil y el cáncer, por
lo que considero que de lo que sí debemos proteger a nuestros hijos es de los
miedos irracionales que les impidan disfrutar de los avances tecnológicos por
desconocimiento. Siempre apoyando una cultura preventiva, abogo por la
confianza en la ciencia.
Otro punto sobre el
que reflexionar es la necesidad de que el terminal tenga acceso a internet (o
posibilidad mediante Wifi) o capacidad para mandar mensajes multimedia, con o
sin cámara. Una vez más hay que valorar si es necesario para el menor y tener
en cuenta la edad y demás factores citados anteriormente, pues hoy en día la
mensajería instantánea es una manera de comunicación entre los jóvenes, que les
posibilita la pertenencia a un grupo de iguales. Si tu hijo es pequeño y aun
así le permites tener un terminal con estas prestaciones, asegúrate de conocer
el pin, para poder estar al corriente de su actividad.
Prácticamente
todos los dispositivos hoy en día tienen webcam: smartphones, tablets,
ordenadores y portátiles. Lo ideal es que su uso se
restrinja a mayores de 13 años, dependiendo de cada caso y cada persona. Si
permites a tu hijo su uso, configura adecuadamente el software, con
restricciones de quién puede ver las imágenes emitidas y sigue las recomendaciones preventivas específicas que
se indican en esta web. Algunos
programas de control parental incorporan control de la cámara web y del acceso
a webs que trasmitan lo que capta la webcam.
3. Infórmate sobre las
edades mínimas permitidas: En el mundo de Internet también se establecen edad
mínimas para según qué actividad. Por ejemplo, la edad mínima en España para
registrarse en una red social, dejando a un lado las que son específicas para
niños, es 14 años, según el Reglamento
de Desarrollo de la Ley Orgánica de Protección de Datos:
“Artículo 13. Consentimiento para el tratamiento de
datos de menores de edad.
1.
Podrá procederse al
tratamiento de los datos de los mayores de catorce años con su consentimiento, salvo
en aquellos casos en los que la Ley exija para su prestación la asistencia de
los titulares de la patria potestad o tutela. En el caso de los menores de
catorce años se requerirá el consentimiento de los padres o tutores.”
2.
En ningún caso
podrán recabarse del menor datos que permitan obtener información sobre los
demás miembros del grupo familiar, o sobre las características del mismo, como
los datos relativos a la actividad profesional de los progenitores, información
económica, datos sociológicos o cualesquiera otros, sin el consentimiento de
los titulares de tales datos. No obstante, podrán recabarse los datos de
identidad y dirección del padre, madre o tutor con la única finalidad de
recabar la autorización prevista en el apartado anterior.
3.
Cuando el
tratamiento se refiera a datos de menores de edad, la información dirigida a
los mismos deberá expresarse en un lenguaje que sea fácilmente comprensible por
aquéllos, con expresa indicación de lo dispuesto en este artículo.
4.
Corresponderá al
responsable del fichero o tratamiento articular los procedimientos que
garanticen que se ha comprobado de modo efectivo la edad del menor y la
autenticidad del consentimiento prestado en su caso, por los padres, tutores o
representantes legales».
Algunas entidades solicitan que se rellenen
formularios de declaración de la edad y/o autorización parental y que se
remitan por fax o se digitalicen y envíen por correo electrónico acompañados de
documentación acreditativa también digitalizada. Además, la Agencia Española de
Protección de Datos pone a disposición de los ciudadanos una página dedicada a
la protección de datos de los menores con información adicional, guías y
recursos.
4
5. Establece un clima
de confianza. Es importante que
tu hijo/a pueda confiar en ti cuando se le presente algún problema pues, aunque
nos gustaría, no podemos vigilarles las 24 horas del día para asegurarnos de
que no les ocurre nada. Debemos fomentar la confianza suficiente para que eso
no sea necesario y sean ellos quienes acudan a nosotros, es la única forma de
detener un caso de acoso cibernético en su fase inicial. En caso contrario, el
menor podría intentar salir del problema sin ayuda y la situación podría agravarse
considerablemente. Este clima de confianza va en un doble sentido, de forma que
nosotros confiamos en que nuestros hijos contarán con nosotros mientras ellos
confían en nuestra capacidad para ayudarles a solucionar el problema. Además, es
importante que tu hijo/a sepa que, si a pesar de todas las precauciones que
toma, es victimizado en la red, debe contar contigo de la misma forma que si le
sucediese en la vida real. Debes dejar claro que no sería su culpa, que no debe
sentirse avergonzado en ningún caso y que le apoyarás incondicionalmente sin
juzgarle.
6. Su opinión también
cuenta.
Cuando tu hijo/a desee contarte cosas sobre su entorno, sobre las cosas que le
ocurren a él/ella o a sus amigos, deja que se exprese y aconséjale si piensas
que están llevando a cabo una conducta de riesgo, pero siempre escuchando su
punto de vista. Es importante que sienta que su opinión también cuenta y que,
lejos de juzgarle o reprocharle, te tiene para hablar y desahogarse.
7. No tengas miedo de
decir “no”.
Es importante que tu hijo/a comprenda que, aunque su opinión es importante, hay
ciertas decisiones que recaen, en última instancia, sobre ti como progenitor (o
sobre vosotros, si en casa hay dos o más tutores) y que debe aceptarlas. En
ocasiones tememos prohibir cosas a nuestros hijos, tememos su reacción, sobre
todo cuando son adolescentes, pero una limitación a tiempo podría evitarles
muchos problemas. No podemos dejar a los niños de 6 años que naveguen por chats
dando datos personales a desconocidos como no podemos permitir que den la
dirección de la casa a un extraño. Este miedo a negar a los hijos ciertas
concesiones puede tener unas consecuencias a largo plazo muy indeseadas, que
abarcaremos próximamente en este blog. Cuando das todo a tu hijo/a estás enseñándole
que es muy fácil conseguirlo todo, de forma que será más difícil que aprenda a
valorar el esfuerzo que requiere su obtención, pudiendo convertirse, con el
tiempo, en una exigencia por su parte. Es importante que tu hijo sean
consciente de que no tiene el poder de tomar decisiones sobre tu propia vida,
como la posibilidad de entablar amistades, encontrar pareja, acudir a un
evento, tu forma de vestir o hablar, etc. La figura de autoridad eres tú y eso
debe quedar siempre claro, por el bien de ambos.
8. Razona por qué no. Para un niño no es fácil comprender por qué otros
padres permiten a sus hijos hacer ciertas cosas que tú a él/ella no le permites.
Si además es un niño pequeño, no podrá comprender tu intención de protegerle,
simplemente te verá como un tutor más estricto y eso le generará gran
frustración. Es muy importante que dialogues con tu hijo/a y le expliques por
qué no le concedes aquello que pide, los niños son capaces de comprender muchas
cosas si se las explicas y, aunque eso no haga desaparecer su frustración por
no poder obtener aquello que desean, a la larga les será muy beneficioso el
sentirse valorados y escuchados.
9. Evita los gritos y
amenazas. Cuando gritamos, la otra persona deja de
recibir nuestro mensaje. Nos estresamos y perdemos nuestra capacidad de escucha
activa, no dejando que otras personas se expresen y forzándolas a gritar
también para hacerse escuchar, lo que empeora aún más la situación. Intenta
evitar llegar a esta situación con tu hijo/a, si le gritas a menudo aprenderá a
comunicarse contigo de esa forma, y será muy difícil que pueda llegar a
escucharte.
10.
Limitar mejor que
prohibir. En algunas
ocasiones, tendemos a prohibir a nuestros hijos ciertas prácticas solamente
porque conllevan un riesgo, incluso aunque ya tengan la edad para poder
iniciarse en ellas, lo cual hace que no puedan disfrutar de esa posibilidad
como lo hacen otros niños. Como sabes, un niño no está 100% seguro en ningún
sitio (¿acaso lo estamos los adultos?). Tu hijo/a se caerá, se rasgará la
rodilla, se resfriará, le romperán el corazón… y no podrás evitarlo, simplemente
tomar ciertas medidas para tratar de prevenir o aliviar su sufrimiento. Además,
las prohibiciones, sobre todo en la adolescencia, provocan un sentimiento de
reactancia psicológica en los hijos, una sensación de pérdida de libertad, de
imposición injusta, que casi les invita a llevar a cabo la conducta contraria.
Podrían acabar asociando la red a tus quejas y usándolas en cualquier sitio
donde no puedas verlos y de la forma que piensan que más desaprobarías. Ser más
autoritario no le hará más obediente y, desde luego, no le hará más feliz.
11. Protege tu sistema. Es crucial que
protejas y enseñes a tu hijo/a la necesidad de proteger los dispositivos
electrónicos que utiliza. Sigue los consejos de seguridad
generales para mantener los dispositivos libres de virus o malware, instala un
buen antivirus y un buen cortafuegos y mantenlos actualizados con la mayor
frecuencia posible. Siempre es una buena idea asesorarse con un informático
experto de la mejor forma de proteger nuestro sistema.
12. Navegad juntos. Es
importante dedicar tiempo a descubrir con ellos Internet, es una oportunidad
para dialogar sobre la adecuación los contenidos de las páginas webs que se
visitan. En cualquier caso, los niños pequeños no deberían navegar solos sin
supervisión. Si tu hijo/a decide ingresar en una red social, ofrécete para
ayudarle con la configuración de la privacidad, para que no sea pública por
defecto. Otra opción es aprovechar para registrarte tú también, así te haces
partícipe de sus actividades y él de las tuyas, ayudándoos mutuamente con la
configuración y aprendiendo.
13. Instala un control
parental.
Si tu hijo es menor, debes usar todos los sistemas de protección y barreras
disponibles para evitar que acceda a sitios inapropiados para su edad. Los
principales sistemas operativos y navegadores de Internet incorporan opciones
para garantizar la seguridad del menor en el acceso a contenidos. Si tienes un hijo
pequeño, una de las herramientas con las que cuentas para lograr esto es el
llamado control parental que permite controlar, supervisar y dirigir el uso que
los menores hacen de las nuevas tecnologías. Existen diferentes opciones
de control parental para ordenadores, tablets y smartphones, tanto gratuitas
como de pago, y
pueden incorporar diferentes funcionalidades: impedir actividades que impliquen
un desembolso económico (llamadas telefónicas, descarga de aplicaciones de
pago, etc.), limitación del acceso a partes específicas del dispositivo,
reinicio automático de la aplicación en caso de que el niño salga de la
aplicación de control parental, bloqueo de programas o aplicaciones instaladas
o establecimiento de una contraseña para su ejecución, prohibición para el
acceso a determinadas páginas web (listas negras), permiso para otras webs
(listas blancas), supervisión de los sitios más visitados y listas blancas,
limitación y supervisión y programación (la sesión se apaga automáticamente) de
los horarios de uso, localización GPS del dispositivo, restricción de los
juegos según edad, temática, título…, informes de actividad que se te envían
por correo electrónico o control remoto desde el PC, etc. Muchos
fabricantes internacionales de software ya tienen configurados paneles de
control para el acceso de contenidos de los menores o programas específicos en
su Web para ello. Además, existen listados de Webs específicas con contenidos
para menores así como Redes infantiles con normas muy estrictas para prevenir
la acción malintencionada de los ciberdelincuentes.
El uso de estas herramientas
dependerá de la edad del menor, de su grado de madurez y de la decisión de sus
tutores, según el tipo de control que deseen ejercer sobre la navegación de sus
hijos.
14. Control no
significa espionaje. Debes recordar que emplear un control parental tiene
como objetivo la protección del menor, no el espionaje de sus actividades. Cuando tenemos un/a
hijo/a adolescente, debemos comprender que éste/a también necesita tener su
propia intimidad y no debemos invadirla si no es por una razón justificada.
Querer saber qué hace en cada momento nos puede llevar a espiarle sin su
consentimiento, lo que podría ser contraproducente al provocarle un rechazo
hacia nosotros, por lo que es más adecuado intentar llevar a cabo conductas
menos invasivas, promoviendo el diálogo. Así, lo adecuado en caso de decidir
instalar un control parental es mantener una conversación con el menor para
explicarle la medida que se va a tomar y cuáles son los motivos de ello.
15. Crea diferentes
cuentas de usuario: Existen
distintos tipos de cuentas, dependiendo del sistema o fabricante y que cada una
de ellas tiene una función en particular. En la medida de lo posible,
nuestro ordenador debe tener una configuración de cuentas de usuario segura en
la que cada miembro de la familia tenga una cuenta de usuario estándar para el
uso diario y solamente el miembro de la familia que disponga de mayor
conocimiento en informática y nuevas tecnologías tenga acceso a la cuenta
Administrador. Una cuenta de administrador
permite que el usuario instale programas, deshabilite protecciones (como el
control parental), active dispositivos como la webcam, etc., siendo lo ideal
que el menor tenga una cuenta sin privilegios de administrador para evitar que
realice acciones potencialmente peligrosas, reduciéndose el riesgo de pérdida de
información debido a fallos y errores no intencionados como borrados
accidentales o acceso a información privada. En el caso de que el miembro de la
familia con mayor conocimiento sobre estos temas sea un menor, habrá que
valorar si tiene la edad, los conocimientos y la responsabilidad
suficiente como para tener acceso a la cuenta de administrador. Aun así,
siempre sería recomendable que estuviera acompañado de un adulto cuando se
conectara a esta cuenta para hacer cualquier cambio.
16. Edúcale en
prevención. Educar para prevenir siempre será mejor que
prohibir o castigar. La mejor manera de prevenir que tu hijo/a acabe siendo
víctima de un delito en internet es hablar con él/ella de forma razonada y
consensuada sobre los riesgos (incluyendo la mención a casos de actualidad),
para que él/ella mismo/a pueda reflexionar sobre ello. Por tanto, no basta con
proteger nuestros sistemas informáticos manteniéndolos actualizados y sin virus
sino que debemos informar a nuestros hijos de las ventajas y los riesgos que
tiene navegar por internet y de los delitos de los cuales puede ser víctima,
así como llevar a cabo ciertas conductas de precaución que lo prevengan -en
esta misma sección encontrarás una entrada dedicada a los jóvenes, donde se dan
una serie de pautas preventivas a la
hora de navegar-. Intenta
mantener una conversación sin mostrar una actitud de enfado o imposición, haciendo hincapié
en que sabes que él/ella es inteligente y precavido/a y que conoce algunos de los
riesgos pero que nunca está de más informarse un poco más y que tú te sentirías
más tranquilo/a. Es muy importante que no hagas comentarios despectivos ni
comparativos del tipo “no sabes nada de
la vida”, “yo a tu edad era más maduro”, “aprende algo de tu hermano/a”, “qué
vas a saber de los riesgos”… sino todo lo contrario. Existen en Internet
numerosos recursos que pueden ser consultados conjuntamente por padres e hijos
y que pueden fomentar este clima de confianza. Es importante
que comprenda la perdurabilidad de la información en la red, haz hincapié en la
necesidad de cuidar la privacidad, de no divulgar información personal o de
terceros online, como no lo hace en su vida normal. Fomenta la consulta cuando
tenga dudas: si tiene que descargar una aplicación, pinchar en un enlace o rellenar
un formulario, que lo haga con tu ayuda y consentimiento (así sabrás si es
adecuado a su edad).
17. Insiste, pero sin
agobiar. Es importante que insistamos
periódicamente sobre los riesgos de la red, pues los adolescentes suelen
minimizar las consecuencias negativas que puede tener su conducta. Sin embargo,
si les reiteramos esta información cada vez que les veamos en la red, sobre
todo si usamos un tono de desaprobación, solamente conseguiremos agobiarles y
frustrarles y se perderán el mensaje que tratamos de proporcionarles,
llevándoles a pensar que nos asustamos simplemente porque no lo entendemos.
18. Sitúa el equipo en
una zona común de la vivienda, y no en el dormitorio del menor. Reduciendo
la sensación de privacidad del menor, reducimos también la posibilidad de
grabación de contenidos sexuales. Si el ordenador se encuentra en un lugar de
paso de la casa o en un espacio de uso frecuente, como puede ser el salón,
podrás estar al tanto de sus actividades en él o de los contenidos de las
páginas web que visita. Al igual que en el caso de los niños, los consejos en
adolescentes se encaminan a evitar que tenga un teléfono móvil o un ordenador
las 24 horas en su cuarto, pero ahora teniendo en cuenta el respeto a la
intimidad y a su espacio propios.
19. Establece un número
de horas máximo.
Debemos establecer un máximo de horas en el pc para evitar problemas como la
adicción a las redes. Una opción sería establecer mediante consenso unos días
determinados para navegar (igual que hacemos con los videojuegos). Es
importante, además, que estas actividades no interfieran en otras ni en el
descanso necesario.
20. Establece horarios
adecuados. Igual que
establecemos un número de horas máximo, debemos limitarnos a horas adecuadas
para el menor, según su edad. Es conveniente, por ejemplo, evitar que chateen a
altas horas de la noche, cuando se sienten menos supervisados y más confiados
de llevar a cabo conductas de riesgo como el sexting. Trata de que aparten los teléfonos móviles a la hora de las
comidas y los pongan en silencio para dormir. Esto también les ayudará a
prevenir una futura adicción a las tecnologías.
21. Intenta fomentar
otras actividades. Fomentar otras
actividades hará que tu hijo/a se desconecte de vez en cuando de la red y pueda
tener mejor criterio para diferenciar la vida online de la real y prevenir
adicciones. Es aconsejable conocer y estimular los intereses y preferencias de
ocio de nuestros niños y adolescentes, y compartir con ellos momentos, espacios
y actividades de tiempo libre como jugar con los amigos –la comunicación y
relaciones sociales con los iguales son la base del aprendizaje y el
crecimiento y muy positivos para su desarrollo-, conversar con los hermanos o
familiares, fomentar la lectura y la creatividad y las aficiones artísticas
–pintura, música, manualidades-, el interés por la ciencia y el medio ambiente,
el deporte, etc. Asimismo, se debe estimular la diversidad en los juegos.
Existen más actividades lúdicas que entretienen y acercan el mundo a los niños
y adolescentes, como por ejemplo, los juegos de mesa o de habilidad.
22. Entérate de con
quién se comunica. Igual que te
preocupas por conocer a sus amigos en la vida real y le indicas que te cuente
cuando un extraño le ha abordado en la calle, también debes conocer a sus
amigos en el mundo digital e indicarle que te avise
si un desconocido se pone en contacto con él/ella. Normaliza la situación y
hazle conscientes del peligro que puede correr pero tratando de no asustarle,
es importante que piense que no le estás regañando, que no ha hecho nada malo. En caso de ser un
adolescente, trata de no acceder a sus conversaciones personales sin su permiso
de no ser necesario, pues esto rompería la confianza que tanto te ha costado
ganarte. Mejor propicia un espacio de diálogo donde tu hijo/a pueda contarte,
por sí mismo/a, cosas sobre las personas que conoce en la red. Revisa con él/ella su agenda de contactos en el chat, en la mensajería
instantánea, en las redes sociales… analizando la relación que tiene con cada
persona y la necesidad o no de que esté al tanto de sus actividades diarias.
23. No le permitas
acudir a citas con desconocidos. Si tienes conocimiento de
que tu hijo ha quedado con un amigo por internet, explícale que no es seguro,
pues no sabe absolutamente nada de esa persona. Podría resultar que es una
persona totalmente diferente a lo que imaginaba, incluso ser peligrosa. Si aun
así tu hijo/a adolescente insiste en conocer a su amigo por internet y
consideras que es lo suficientemente maduro/a como para permitirle hacerlo, acompáñale
al encuentro. Esta es una situación complicada, pues ningún
adolescente desea que sus padres le acompañen a una cita con un amigo pero el
riesgo de hacerlo solos justifica con creces la frustración que puedan sentir
ante tu negativa. No le dejes solo/a. Si aun así, quedan con un desconocido a
tus espaldas y tienes conocimiento de ello, exige conocer a esta persona. Deja
claro que no deseas prohibirle que elija a sus amistades, pero que debes
conocerlas, como su madre/padre que eres.
24. Pon alarmas en los
buscadores con su nombre y su Nick: estate al tanto de sus perfiles en las
redes sociales y de la información que deciden colgar en dichas redes. Si
descubres que ha publicado una información que debería ser privada, ten una
charla calmada con él/ella explicándole porqué es una mala decisión, haciendo
hincapié en que te parece bien que sea libre de tener un perfil en una red social
siempre que se cuide de no acabar siendo víctima en la misma. También puedes
consultar los registros de búsquedas en Internet.
25. Establece
similitudes entre internet y el mundo real. Los niños deben comprender
que los problemas de Internet son muy similares a los del mundo real, donde los
adultos estamos más informados y sabemos cómo ayudarles. Igual que te cuentan
si alguien les molesta en algún contexto de la vida real, Internet no debe ser
una excepción.
Los menores
deben entender que el mundo real y las nuevas tecnologías no son mundos tan
lejanos y que ambos aplican reglas parecidas.
26. En internet también
hay normas.
Debemos transmitir a los menores que en el mundo de
las nuevas tecnologías también hay normas, incluso para los menores. Ponle un
ejemplo:
si no está bien insultar a un compañero en el patio del colegio, tampoco es
correcto hacerlo en Internet o difundirlo a través de la misma. Además, es
importante que transmitas a tus hijo/a que debe denunciar a las autoridades
cualquier indicio de actividad ilegal o comportamiento delictivo del que tenga
conocimiento a través de internet, igual que si sucediese en su vida diaria.
27. Da ejemplo. Todo lo anterior
no servirá de nada si nosotros no seguimos estas mismas pautas de prevención.
Los tutores somos un modelo a seguir por los niños, y no es casualidad que
algunos se nos parezcan tanto en la forma de hablar o comportarse. No todo está
en la genética, sino que el contexto social en el que un niño se desarrolla
ejerce una gran influencia sobre él. Si crece viendo un comportamiento
inadecuado en sus padres, aprenderá que es un comportamiento normal y lo hará
suyo mediante la observación. Si le dices a tu hijo que no cruce la calle
estando el semáforo en rojo pero te ve hacerlo a ti, restará importancia al
peligro y acabará haciéndolo él también. Lo mismo ocurre con las nuevas
tecnologías: si te ve hablando durante horas al teléfono o hasta altas horas de
la noche en el ordenador, enviando fotografías en bañador o ropa interior por
algún medio, acabarán por imitar dicha conducta, que piensan que apruebas. Si
lo hace mamá no tiene que ser malo, ¿por qué se va a enfadar porque lo haga yo?
Si además sonreímos ante su comportamiento, porque nos parece graciosa la imagen
de un niño jugando a ser mayor (como ocurre cuando escuchamos a un niño decir
un taco o palabrota), daremos más seguridad a esta idea. Sé su modelo a seguir,
sé su ejemplo.
28. Atento a las
posibles señales de victimización. Estate atento a
los cambios de humor de tu hijo, a un posible descenso en su rendimiento
escolar, a un cambio de amistades, aislamiento, aparente adicción o aversión a
Internet, a problemas de sueño o alimentación… y trata de mantener una
conversación con él si piensas que tiene algún problema para poder buscar la
ayuda externa necesaria.
Al igual que todos tenemos
una identidad en la vida real, tenemos también una identidad digital, formada
por todo aquello que Internet sabe de nosotros. La identidad digital está
formada no sólo por lo que nosotros subimos a Internet, sino también por todo
lo que otros (familiares, amigos, conocidos, colegios, asociaciones…) publican
sobre nosotros. Los menores también tienen una identidad digital, a veces
incluso antes de haber utilizado Internet, pues las decisiones sobre su
información personal la tomamos los adultos. Los niños no tienen, salvo
que reciban una formación adecuada, capacidad de entender y discernir sobre su
derecho fundamental a la privacidad, pudiendo ser su información personal muy
valiosa para muchos sectores de actividad, por lo que recae en sus tutores la
tarea de proteger dicha información. De esta forma, si tienes un hijo/a pequeño/a,
y éste/a aún no se ha iniciado en las redes, tú también debes tomar algunas
precauciones a la hora de colgar imágenes o información en la red que le pueda
afectar de alguna manera.
Una vez que colgamos
información en la red, perdemos el control sobre ella y nunca sabemos cuándo ni
hasta quién va a llegar. Por eso en el caso de los menores es todavía más
importante ser selectivos a la hora de publicar cualquier tipo de información. Ten en cuenta todos
los consejos que se dan en la
entrada de este blog dedicado al tema y recuerda sobre todo estas pautas:
·
No publiques información personal sobre ti o tus hijos como nombres
completos, números de teléfono, localidad, tu horario de trabajo, etc.
·
No subas fotografías con tus hijos en sitios que puedan ser
identificados como habituales como la puerta de tu
casa, un lugar donde aparezca el nombre de tu calle, tu trabajo, su escuela, su
academia de idiomas u otras actividades extraescolares, etc.
· No subas imágenes donde se vea tu vehículo, especialmente la matrícula.
· No subas imágenes donde tus hijos aparezcan desnudos o
semidesnudos. Quizás tú no le des importancia, estáis en
la piscina y la foto es totalmente inocente, pero algunas personas hacen
búsquedas malintencionadas de este tipo de imágenes en la red.
· No subas imágenes en timeline (tomadas a tiempo real) con características geolocalizadoras, de forma que
terceras personas puedan saber dónde os encontráis en cada momento.
Gracias
por haberme dedicado tu tiempo
*Todas estas recomendaciones
son orientativas y tienen un objetivo meramente psicoeducativo y preventivo. Si
eres víctima de un delito telemático o piensas que puedes serlo o que alguien
que conocer puede serlo, ponte
inmediatamente en contacto con las autoridades. La recomendación más importante
de estas líneas es DENUNCIAR y CONFIAR EN LAS AUTORIDADES CORRESPONDIENTES.
Enlaces consultados:
Prevención
de la Privacidad
- Agencia española de
protección de datos. “El derecho fundamental a la protección de datos:
guía para el ciudadano”.
<https://www.agpd.es/portalwebAGPD/canaldocumentacion/publicaciones/common/Guias/GUIA_CIUDADANO_OK.pdf> (11/08/15)
- Canalda, Arturo. González,
Carmen. Guri, Francisco Javier. “Por un uso responsable de las nuevas
tecnologías”. 2007
- “Apartado ¿Qué deberías saber? de
la Oficina de seguridad del Internauta”
<http://www.osi.es/>
(08/08/2015)
- “Las 10 estaciones
obligatorias en el camino hacia la ciberseguridad”. 29/06/15.<https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2015/06/29/las-10-estaciones-obligatorias-en-el-camino-hacia-la-ciberseguridad> (08/08/2015)
- “10 puntos básicos para proteger tu
privacidad online los 365 días”. 28/01/15. <https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2015/01/28/10-puntos-basicos-para-proteger-tu-privacidad-online-los-365-dias> (08/08/2015)
- Flores, Jorge. “Cinco consejos
básicos para un uso seguro de la webcam”. Diciembre 2010. <http://www.pantallasamigas.net/proteccion-infancia-consejos-articulos/cinco-consejos-basicos-para-un-uso-seguro-de-la-webcam.shtm> (08/08/2015)
- “Consejos para el uso seguro de la
Web Cam”
- “Mejora tu privacidad en la
mensajería instantánea con estos 6 pasos”. 06/03/15. <https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2015/03/06/mejora-tu-privacidad-en-la-mensajeria-instantanea-con-estos-6-pasos> (08/08/15)
- “Cómo cuidar nuestra privacidad al
usar mensajería instantánea”. 07/03/14.
<https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2014/03/07/como-cuidar-nuestra-privacidad-al-usar-mensajeria-instantanea> (08/08/15)
- “¡Orden en casa! Cada miembro de
la familia con su cuenta de usuario”. 31/10/14. <https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2014/10/31/orden-en-casa-cada-miembro-de-la-familia-con-su-cuenta-de-usuario> (08/08/15)
Sexting,
excasting y consecuencias
- Flores, Jorge. “Sexting:
adolescentes, sexo y teléfonos móviles”. Abril 2009.
- Flores, Jorge. “Sextorsión,
prácticas arriesgadas y fallos de seguridad al servicio del delito”. Septiembre 2010. <http://www.pantallasamigas.net/proteccion-infancia-consejos-articulos/sextorsion-practicas-arriesgadas-y-fallos-de-seguridad-al-servicio-del-delito.shtm> (08/08/15)
- Flores, Jorge. “Sexting,
una práctica de riesgo”. Febrero 2011.
<http://www.pantallasamigas.net/proteccion-infancia-consejos-articulos/sexting-una-practica-de-riesgo.shtm> (08/08/15)
- Flores, Jorge. “Decálogo para
combatir el Grooming en internet”. Enero 2011. <http://www.pantallasamigas.net/proteccion-infancia-consejos-articulos/decalogo-para-combatir-el-grooming-en-internet.shtm> (08/08/15)
- “Guía sobre adolescencia y
sexting: qué es y cómo prevenirlo”. Pantallas Amigas, INTECO. 2011.
- “Cuidado con los vídeos sexuales
que recibes, ¡puedes meterte en problemas!”. 14/06/2013. <https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2013/06/14/cuidado-con-los-videos-sexuales-que-recibes-puedes-meterte-en-problemas> (08/08/15)
- “Móviles y fotos íntimas, ¿a qué
nos arriesgamos?”. 13/02/15. <http://www.osi.es/es/actualidad/blog/2015/02/13/moviles-y-fotos-intimas-que-nos-arriesgamos> (08/08/15)
·
“Qué es el sexting”
<http://www.sexting.es/que-es-el-sexting/>
(10/08/15)
- “Conoce los riesgos del sexting”. 25/04/14
- “Los peligros que esconde el
chatroulette”. 31/10/12.
<https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2012/10/31/los-peligros-que-esconde-el-chatroulette> (08/08/15)
Recomendaciones
para padres
- “Ayuda a los menores a usar sus 5
sentidos online”. 06/04/15. <https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2015/04/06/ayuda-los-menores-usar-sus-5-sentidos-online> (08/08/15)
- ¿Utilizas una herramienta de
control parental con tu hijo? 26/05/14
<https://www.osi.es/es/actualidad/blog/2014/05/26/utilizas-una-herramienta-de-control-parental-con-tu-hijo> (08/08/15)
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