Piensa en tu foto principal de cualquiera de
esas redes sociales en las que apareces, ¿cómo sales? ¿Sonriente, triste,
enfadado, de fiesta, con tus amigos, estudiando, con la familia…? Escogela bien
porque en muchas ocasiones la foto de perfil se convierte en la primera
impresión, y es tu carta de presentación al mundo.
Imagínate que conoces a un compañero del
colegio, del trabajo o del barrio con el que hablas poco o conoces
recientemente, pero al que crees haber causado una buena impresión. En los
tiempos que corren, lo más probable es que en cuanto llegue a casa te busque en
las redes sociales, y lo primero que verá de ti será tu foto principal ¿Crees
que esta foto reforzará la buena impresión que le causaste? O, por el contrario
¿piensas que puede perjudicarte?
No nos damos cuenta, pero nuestras imágenes en las redes sociales
también hablan de nosotros. No sólo la foto principal, incluso los ajustes
de configuración de privacidad dicen mucho de ti.
Si alguien tiene un Facebook o un Twitter
público, y todo el mundo puede ver sus álbumes, sus fotos, su lista de amigos y
sus publicaciones, es fácil adivinar que estamos ante una persona espontánea
que no es celosa de su privacidad y que le gusta compartir con todos sus fotos
y publicaciones. Sin embargo, estas características también pueden querer decir
que la persona es descuidada al tener fotos con familiares y amigos al alcance
de cualquiera, un poco inconsciente por poner en peligro tantos datos suyos
como datos de sus amigos, y algo exhibicionista al dejar que todos vean su
lista de amigos y comentarios del muro. No olvidemos que, por ejemplo, muchas empresas, a la hora de elegir a sus
candidatos, se basan en sus perfiles de redes sociales, sus estados, fotos,
aficiones, su ideología política, religiosa, e incluso algo tan banal como el
equipo de futbol preferido pueden afectar no solo a tu vida social, también a
tu vida laboral. ¿Curioso no crees?, pero cierto también.
Si en la vida real no invitas a casa a
desconocidos, no llevas tus álbumes de fotos familiares a clase o al trabajo,
no cuentas tus conversaciones telefónicas a los demás, ni enseñas las cartas ni
mensajes que te escriben tus amigos…
¿Por qué en la vida virtual sí lo haces?
Este es un problema bastante frecuente, y
muchos amigos o conocidos me han dicho esa frase ya famosa en mi entorno y que
tanto he oído: “Oye Luis, ¿cómo se
pueden hacer privadas las fotos, las publicaciones y mi información para que
solo la puedan ver los amigos que tengo?”.
Esto deja en evidencia que en muchas
ocasiones no se trata de ser descuidado o que sea una persona a la cual le
gusta compartir con los demás toda su información y vida privada, es algo tan
sencillo como que no tiene ni la más
remota idea de cómo hacer para ocultar la información sensible, y por este
desconocimiento queda expuesta hasta que alguien se lo explica o hace esta
labor por él.
En las redes sociales hay multitud de datos
nuestros, y no sólo nuestros, también de nuestro entorno más cercano.
Cuídalos, porque a través de ellos se puede
obtener mucha información, y si en tu día a día eres una persona responsable
que en la calle no habla con desconocidos, ni regala fotos al primero que se
cruza en su portal, en internet debes actuar igual. Configura tu privacidad
para que nadie tenga la llave a la puerta de tu casa.
Desde algo tan molesto pero inofensivo como
la publicidad con la que nos bombardean el buzón de correo basándose en
nuestros gustos e intereses (Spam), hasta auténticos delitos como prestamos,
compras, pasaportes falsos, o transferencias a nuestro nombre en las cuales
tendremos que demostrar nuestra inocencia y nos puede traer más de un
quebradero de cabeza durante este proceso, y es que estas cosas que nos pueden
parecer dignas de una película de acción americana al más puro estilo “James
Bond” está más cerca de lo que podamos imaginar, tan cerca como un “click” a
esa información que dejamos expuesta y un mercado negro de identidades falsas
que existe en la Deep Web con la cual se hace un negocio que es muy atractivo a
delincuentes sin escrúpulos que trafican con nuestra información, con algo tan
inofensivo como la fotografía de nuestra última fiesta de fin de semana con los
amigos o nuestros datos profesionales, personales o académicos. Se precavido
con tu información personal.
“Tu vida entera está en línea, y puede ser utilizada contra ti”
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