Terrorismo Radical Yihadista en Afganistán. La Misión incumplida de Occidente: (2. Una plétora de grupos terroristas)

    


Por Antonio García Sancho.- Continuamos con nuestro análisis del terrorismo en Afganistán. En esta segunda entrega, veremos cómo los grupos terroristas no sólo se encuentran en ese país, sino que muchos de ellos se han establecido en territorios fronterizos de Pakistán. Veremos también que estos grupos no sólo no han desaparecido con la ocupación de las fuerzas occidentales, sino que incluso ha habido más de uno de ellos que se ha formado, precisamente, durante ese periodo.

 

 

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     Una plétora de grupos terroristas.

     Como puede el lector hacerse una idea si examina nuestro documento (de hace ya algunos años) acerca de los diferentes grupos yihadistas hegemónicos desde el nacimiento del terrorismo radical yihadista, las facciones, grupos, grupúsculos  que se fraccionan y se unen o toman el relevo de los grupos con más atractivo para los combatientes radicalizados cuando tal o cual grupo yihadista entra en declive. Afganistán –o, para ser precisos, la frontera entre Afganistán y Pakistán-, es una muestra de esa misma realidad sintetizada en un solo país. Porque quien se haya sorprendido de la presencia de un grupo terrorista en un país tomado por las tropas de la ISAF durante 20 años y cuya misión, precisamente, consistía en lograr que Afganistán no fuera un país que pudiera albergar a los grupos terroristas radicales yihadistas, desconoce la realidad que se ha vivido en la zona de conflicto durante estas dos décadas.

     Desde el primer gobierno talibán, los grupos terroristas radicales de naturaleza yihadista no han dejado ni un segundo de mantener una presencia activa en el país y no era sólo Al-Qaeda, por mucho que contara con el beneplácito y protección de los talibán, la única formación de este tipo que radicaba en Afganistán. Estos grupos no han desaparecido en los veinte años de intervención occidental.

     Baste un repaso a los grupos más significativos que operan en la zona –amén del ISIL-K, del que ya hemos hablado-, para darnos cuenta de ello.

    

     Quizás el más significativo sea el Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP). Fundado en Waziristán del Sur (Pakistán) por una tribu talibán pakistaní encabezada por los hermanos Baitullah y Hakimullah Mehsud en 2006, después de un par de años en el que se incrementaron los enfrentamientos entre grupos terroristas como Al-Qaida y la Red Haqqani  y el ejército pakistaní en Waziristán del Norte. Las tensiones se extendieron al Sur, donde las tribus de la zona se encontraban divididas en la actitud que debían tomar con respecto a los yihadistas de Al-Qaida o del Movimiento Islámico de Uzbequstán: expulsarlos, como pedía el gobierno, o ampararlos, como se hizo con Bin-Ladin. En 2005, los talibanes de Wana, encabezdos por Mullah Nazir, lograron expulsar a los uzbecos con apoyo militar del ejército, lo que forzó a los yihadistas a refugiarse entre las tropas de los Mehsud. Poco tiempo después, en 2007, el grupo dio un gran golpe al tomar un convoy militar y 150 soldados. Los rehenes fueron intercambiados por hombres de los Mehsud y el triunfo militar le granjeó a su líder un gran prestigio que le permitió formar el TTP[1]. El prestigio de esa acción le permitió reagrupar a combatientes de muchas tribus diferentes e incluso realizar, pro primera vez en el panorama de las insurgencias radicales de etiología yihadista en Pakistán, acciones transregionales.

     El grupo estaba formado, principalmente, por talibanes pakistaníes de tribus diferentes a los que unió su animadversión común hacia el ejército pakistaní, que había atacado Lal-Masjid, la Mezquita Roja de Islamabad, a principios de julio de 2007 causando 50 muertos entre los islamistas radicales yihadistas, entre los que se encontraba su líder, Abdul Haziz Ghazi y a su hermano, Abdul Rashid Ghazi,. A esa rabia contra el ejército hay que sumar el poder militar de los insurgentes de la zona y la profunda convicción en la causa salafista islámica pasada por el filtro del radicalismo wahabita y deobandi.

     El movimiento perdió a su líder, el mayor de los Mehsud, Baitullah, en 2009 por un ataque con dron. Su hermano Hakimullah correría la misma suerte en 2013. Otro de sus líderes, Mufti Khalid, fue asesinado por otra agrupación terrorista, Jamaat ul-Ahrar, más recientemente. Pero el grupo continúa operativo y fue extendiendo, desde entonces, sus tentáculos a Afganistán.

     A pesar de ello, el TTP no está unido de la misma manera que antes. Desde la muerte de Baitullah el movimiento se ha visto fragmentado en varias ocasiones. Un grupo de disidentes se refugió en Afganistán, en la zona de Nangarhar, como se ha dicho, formando un movimiento propio, amparado por el DAESH, conocido como ISIS-K o, más propiamente, ISIL-K, del que acabamos de hablar algo más arriba.

      Además, la unión de las diferentes tribus y grupos bajo el liderazgo del TTP era algo que no podía durar demasiado. Entre ellos han surgido diferencias tanto en el planteamiento de los objetivos y los métodos como diferencias religiosas entre, por ejemplo, miembros de escuelas islámico suní Deobandi versus Barelvi.

     Junto a las disensiones internas, el grupo se ha resentido del surgimiento de lashkars (milicias) antitalibanes nacidas ad hoc en los últimos años, y la tibia respuesta que han encontrado los militares que han llevado a cabo operaciones contra el TTP en Pakistán, en la zona de la demarcación de la Provincia Fronteriza Noroccidental. Parece, pues, que la población estaba dejando, desde hace algunos años, de prestar su apoyo a este grupo que, sin embargo, pudo dar el salto al otro lado de las montañas de la línea Durand y afincarse, también, en Afganistán, amparados por los talibán que sobrevivían en el territorio ocupado (¿”liberado”?) por las tropas de la ISAF.

     El gobierno de Pakistán ha apoyado en silencio a este grupo y, cuando ha tenido que recriminarle en público, ha empleado términos tan poco descriptivos de su realidad como “criminales” (el término más duro que, sin embargo, deja fuera todo tinte que implique alusión alguna al radicalismo religioso) “dacoits” (un y antiguo término anglo-indio para referirse a los ladrones, derivado de la palabra local dakoo), u otro término, igualmente pintoresco y anticuado de origen inglés: "miscreant" (“malvado”) utilizado por el ejército pakistaní en 1971, cuando etiquetaron con él a los independistas bengalíes. En definitiva, términos que eluden la asociación entre criminalidad y yihadismo.    

   Ayman al-Zawahiri

     Al-Qaida (AQIS), por supuesto, también está presente en la ecuación a través de su brazo conocido como Al-Qaida en el Subcontinente Indio (AQIS). Al-Qaida está presente en al menos 15 provincias afganas, principalmente en las regiones oriental, meridional y sudoriental. Esta formación opera con el consentimiento y protección de los talibanes desde las provincias de Kandahar, Helmand y Nimruz. Mayoritariamente, se compone por ciudadanos afganos y paquistaníes, pero también por milicianos provenientes de Bangladesh, India y Myanmar (la antigua Birmania), conducidos por Osama Mahmud desde 2019, cuando murió Asim Umar, su anterior dirigente. Además, el líder de todas las facciones de Al-Qaida y sucesor de Osama Bin Ladin, el egipcio Ayman al Zawahiri, habría estado todos estos años oculto entre Afganistán y Pakistán, desde donde habría mantenido la unidad del grupo terrorista. Tras la muerte de Bin-Ladin, sus efectivos se habrían concentrado territorialmente, de forma mayoritaria, en torno a su líder, sin olvidar que parte de su contingente estaría en otros lugares, donde operaría con las siglas de las filiales de Al-Qaida tales como AQMI (Al-Qaida en el Magreb Islámico), AQPA (Al-Qaida en la península Arábiga), Al Shabaab (en Somalia) y AQI (su filial en Irak). Sin embargo, en los últimos años, pese a ver incrementado el número de sus activos humanos, que podrían estar en unos 30.000 o 40.000 combatientes[2], se han dispersado más, debido, tal vez, a la debilidad de al-Zawahiri, que se presupone que sigue muy enfermo, o tal vez incluso que ha muerto ya, en algún lugar de Afganistán. Su sucesor más lógico, Sayf-Al Adl se encuentra en Irán. Los analistas estaban divididos en cuanto a la posibilidad de que Sayf pudiera suceder a al-Zawahiri sin desplazarse hasta Afganistán, lo cual no parecía posible hace unos meses pero, ahora, es una opción viable. El triunfo talibán puede despejar en breve todas las dudas sobre si el número dos de Bin Ladin sigue vivo o si al-Qaida necesita otro líder y quién pueda ser éste.

     Volviendo a centrarnos en AQIS, el 30 de marzo de este año, el grupo sufrió una importante pérdida cuando su comandante, Dawlat Bek Tajiki (alias Abu Mohammad al-Tajiki) fue abatido por las fuerzas afganas en el distrito de Gyan (provincia de Paktika).

     Cuentan con un boletín semanal propagandístico llamado Thabat que informa sobre sus operaciones dentro de Afganistán.

 

    


     El Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU) está ahora en una encrucijada que se ha agravado con la subida al poder de los talibanes, si bien ha sido calificado por algún experto como el grupo más importante de los que operan en Asia Central[3].

     El grupo, compuesto mayoritariamente por uzbekos, pero también con milicianos provenientes de otros estados de Asia Central y Europa, nació en 1991 bajo el nombre de Adolat, con el apoyo y beneplácito de Osama Bin-Ladin y ha mantenido estrechos lazos con al-Qaida ocupando, algunos dirigentes del IMU, altos cargos en el grupo de Bin-Ladin. En origen, sus fundadores, el ex-paracaidista soviético Juma Namangani y el ideólogo islámico Tahir Yuldashev, pretendían derrocar al presidente ucraniano Islom Abduganíyevich Karímov y fundar en el país un estado islámico regido por la sharia. Tras huir a Tayikistán para evitar ser detenidos y allí, en plena guerra civil, se ganan la confianza del líder del Partido del Renacimiento Islámico de Tayikistán (IRPT), Said Abdullah Nuri, que abogaba por una vía de islamismo moderado y democrático y que, ante la experiencia en combate de Namangani en Afganistán le confía a éste el mando de algunas unidades de combate. Por su parte, entre 1995 y 1998, Yuldashev se establece en Peshawar (Pakistán), donde establece lazos con Bin-Ladin. De ahí a la formación del IMU, que recibió el apoyo económico de al-Qaida y su líder, sólo hay un paso y es lo que sucede en 1998.

     Desde entonces, sus actividades se centran en derrocar al presidente uzbeko y operan sobre todo en su país, reuniendo a unos 2000 hombres en sus filas. El IMU apoyó a los talibanes en el ataque a Mossul de 2000 con 600 de sus hombres. La cooperación con los talibanes les permitió la libertad de movimientos en Afganistán, lo cual cambió tras el 11-S y la invasión del país por los EE.UU.

     El MIU sufrió desde entonces varios ataques y quedó casi desarticulado. Pero, sin contar con demasiados miembros por entonces (alrededor de 500), el grupo se mantuvo activo y cambió el objetivo de sus ataques, dirigiéndolos ahora contra las tropas de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad. Además, el IMU fue responsable de explosiones en Kirguistán, concretamente en Bishkek, en diciembre de 2002, y en Osh, en mayo de 2003, en las que murieron ocho personas. Intentaron atentar contra la embajada de los Estados Unidos en mayo de 2003, pero las fuerzas de seguridad kirguisas desarticularon la célula del IMU que pretendía llevar a cabo ese ataque que también comprendía a un hotel cercano en Bishkek. En noviembre de 2004, se atribuyó al IMU una explosión en Osh en la que murieron un agente de policía y un terrorista. Las autoridades de Tayikistán detuvieron a varios miembros del IMU en 2005.

     En los últimos años, el grupo palidece y se enfrenta a dificultades financieras y a unos talibanes menos complacientes que antes. Entre tanto, ha sufrido, por ello, algunas escisiones. Un grupo de combatientes del IMU se separó de la organización para formar el Grupo de la Yihad Islámica pero la deserción de combatientes del IMU al Grupo de la Yihad Islámica no ha disminuido su capacidad para realizar atentados terroristas.

     El último gran revés les llegaba en noviembre de 2020, cuando el actual líder del grupo, Abdulaziz Yuldash, era asesinado en noviembre de 2020 a manos de desconocidos, lo que volvió a crear disensiones internas en el IMU al no saberse si el asesinato se debió a una fuerza externa, sea de otro estado u otro grupo terrorista, o bien fue debido a una traición interna.

     Tras la muerte del líder, su hermano, Jaffar Yuldash, se autoproclamó nuevo cabecilla, teniendo de su parte a la mayoría de los miembros del IMU de origen uzbeko, pero el cargo es disputado por "Ilhom", alias Usmoni Khon), un antiguo adjunto de Abdulaziz Yuldash, que dirige una segunda facción, constituida en este caso, principalmente, por combatientes de etnia tayika y que también colabora con otro grupo, la Jamaat Ansarullah, de la misma etnia. Por otro lado, unos 20 combatientes del IMU han desertado a un tercer grupo terrorista centroasiático: el KIB. Ante estas escisiones y deserciones, los servicios de inteligencia de los países de la ISAF creen que Jaffar Yuldash se encontraba, en el momento de la nueva insurgencia talibán, considerando la posibilidad de unirse al ISIL-K a cambio de recibir apoyo financiero. Si no lo ha hecho antes es porque le preocupan las represalias que puedan llegar de los talibanes, ya no tan amigos en los últimos tiempos, hasta el punto de que fueron ellos los que mataron a otro líder anterior del IMU, Usman Ghazi, precisamente por jurar lealtad al ISIL-K en 2015.

     

    


     Khatiba Imam al-Bukhari (KIB) es otro de los grupos que se disputa la hegemonía terrorista radical de etiología islamista en el territorio afgano. Según el Consejo de Seguridad de la ONU, el KIB fue fundado en 2011, de nuevo en la zona montañosa fronteriza entre Afganistán y Pakistán conocida como FATA, cuando un grupo de combatientes del IMU se escindieron del grupo terrorista uzbeko. 

      Desde marzo de 2015, colabora activamente con Jabhat al-Nusrah, entidad que figura en la lista de la ONU de grupos terroristas como Al-Nusrah Front for the People of the Levant, así como a los grupos armados sucesores de esta. En marzo de 2018, KIB trasladaba su base central de operaciones a Jan Shaijun (República Árabe Siria), 53 km al sur de Idlib, abarcando su zona de operaciones un territorio que abarca también las provincias sirias de Idlib, Alepo y Hama, concentrando allí sus ataques, que han contado con el apoyo de Jabhat Al-Nusrah puesto que el KIB apenas cuenta con unos 500 hombres, de origen principalmente uzbeko, muchos de ellos reclutados a través de redes sociales, en un contingente que completan efectivos llegados de Kirguistán y de la Federación de Rusia. Sin embargo, disponen de armamento pesado como sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes Grad, misiles antitanque y vehículos equipados con artillería pesada. Desde 2016, combatientes de este grupo son trasladados a Afganistán para establecer campamentos donde adiestrar a los nuevos reclutas.

     Los talibanes han tolerado y aprobado las maniobras de este grupo en el norte de Afganistán casi siempre, pero han moderado, incluso hasta un nivel que consideran insuficiente, su apoyo financiero el KIB, al que alimenta mediante sus canales hawala en Idlib, desde que su líder, el uzbeko Dilshod Dekhanov, conocido por el sobrenombre de Jumaboi, pidió a los dirigentes talibanes que unieran a todos los grupos de Asia Central en Afganistán bajo su liderazgo. La propuesta no fue bien acogida tampoco por el ala tayika del IMU encabezada por Ilhom, quien declaró que sólo apoyaría la unificación si el líder no era Dekhanov, sino Khamidulla, cuyo verdadero nombre es Ilimbek Mamatov y que es líder del Grupo de la Yihad Islámica (IJG), también conocido como al-Yihad o Yihad Islámica en Egipto.

     Pese al silencio de los talibanes, la dinámica de pactos y alianzas de los grupos islamistas radicales de Asia Central y de los propios talibanes es siempre precaria y cambiante. Así, los talibanes han implicado a estos grupos, entre ellos el KIB, en su toma de territorios y en el avance que venían realizando en los últimos meses, por lo que podría reforzar sus lazos con este grupo que, recordemos, también actúa en Siria, o pagarle con algún favor.

 

     Jama'at al-Jihad al-Islāmī o Unión Yihad Islámica (IJU), antes Grupo de la Yihad Islámica (IJG),  El Grupo Jama’at al-Jihad nace en marzo de 2002 como un grupo escindido del IMU, instalándose en Mir Ali, un territorio de Waziristán del Norte, aunque sus ataques no se restringieron a esa zona y se llevaron a cabo en Uzbequistán, Kirguistán y Rusia. La sede siguió siendo Mir Ali hasta la ofensiva del ejército pakistaní en Waziristán del Norte en junio de 2014.  La mayor parte de sus combatientes proceden de Asia Central.

     En 2005, el grupo se acerca a al-Qaida y comienza a actuar más en Pakistán y también a proyectar grandes atentados en Alemania, como el fallido a un avión de KLM en el aeropuerto de Colonia Bonn, que fue detectado a tiempo por la policía, aunque los tres detenidos quedaron en libertad por falta de pruebas.

     Vídeos de propaganda de esta agrupación muestran a sus combatientes luchando en Afganistán junto a los talibanes en 2011.

     El grupo ha estado bajo el radar del ejército de los Estados Unidos y la ISAF desde 2007. Entre ese año y 2013 se han notificado 19 operaciones contra posiciones de este grupo terrorista, pero puede haber algunas otras que permanezcan secretas. Varios miembros alemanes de este grupo han muerto también en combates o ataques en Pakistán

 

    


     Jamaat Ansarullah (la Sociedad de Soldados de Alá) comienza a operar en septiembre de 2010, cuando reivindicaron el atentado suicida del 3 de septiembre en Khujand, en el que murieron cuatro personas, dos oficiales y dos civiles, resultando heridas otras 28 personas. El responsable del atentado fue el suicida Akmal Karimov, un residente local al parecer entrenado en campos de Al Qaeda en Afganistán y Pakistán. Debido a actos como este, el Tribunal Supremo de Tayikistán prohibió oficialmente Jamaat Ansarullah por considerarlo extremista en base a una demanda presentada por la Fiscalía General en mayo de 2012 si bien el grupo no consta en el listado de grupos terroristas de la ONU.

     Desde su fundación fue un grupo muy activo hasta algo más allá de 2015 en Tayikistán y especialmente en algunas regiones del Valle de Fergana (Uzbekistán) y en el Valle de Karategin (Tayikistán).

     Jamaat Anasarullah considera infieles tanto a los no creyentes en el Islam como a aquellos que no siguen la sharia de manera radical y, por tanto, no considera Islam a los shiíes, los jazidíes o a los sunitas que muestran una práctica relajada de la sharia, como demuestran en sus vídeos, destinados a coaccionar a los tayikos para que adopten la ley islámica. En alguno de ellos llegan a afirmar que los que rezan el namazy cumplen el ramadán, no son creyentes si apoyan un régimen democrático.

      El grupo ha sufrido una severa represión por parte de los servicios de seguridad en los últimos años. A pesar de ello, sigue activo.

 

     Lashkar-e-Jhangvi o Ejército de Jhangvi (LeJ). El LeJ fur formado por tres militantes del partido Sipah-e-Sahaba de Pakistán (SSP), la principal organización de la rama deobandi suní en Pakistán, que funciona también como grupo político y que más recientemente ha sido rebautizada como Millat-e-Islamia, se separaron de ella y renunciaron a la militancia en 1996. Estos tres individuos eran Riaz Basra, Akram Lahori y Malik Ishaq, que formaron este grupo adoptando su nombre en honor a uno de los fundadores deSSP, el clérigo Hap Nawaz Jhangvi, cabecilla de acciones violentas contra los shiíes de Pakistán en 1980. Los fundadores de LeJ abandonaron el SSP porque creían que se estaba desviando de los mandatos y el verdadero mensaje de este clérigo. Jhangvi fue asesinado en 1990, al parecer, precisamente por los shiíes.

     Esta rama del Islam se convirtió en objetivo de los miembros de Lashkar-e-Jhangvi en sus primeros años, aunque también se adjudicaron el asesinato de cuatro obreros petroleros estadounidenses en 1997 y se les atribuye el asesinato del el sobrino del califa Mirza Tahir Ahmad en 1999.

     Las operaciones seguras del LeJ contra occidentales, sin embargo, datan de 2002, cuando miembros del grupo hicieron estallar un autobús, matando a 15 personas, incluyendo a 11 ciudadanos de nacionalidad francesa.

     La policía detuvo al líder de LeJ, Malik Ishaq, muy temprano, en 1997, pero el resto continuaron con su actividad. La Corte Suprema de Pakistán retiró en 2011, es decir, 14 años después, 34 de los 44 cargos que se le imputaban y que se referían a la muerte de 100 personas, decretándole la libertad bajo fianza para los 10 casos restantes, por lo que le puso en libertad. En 2013 se le detuvo de nuevo. El LeJ está acusado de ser el autor de numerosos atentados en los que está especialmente involucrada la población shiíta de Pakistán, siendo especialmente cruentos los atentados del 10 de enero de 2007 en Quetta, en los que murieron  130 personas en ataques simultáneos en varias ciudades de ese distrito, dejando además 270 heridos; o el del 16 de febrero en un mercado de la ciudad, causando 91 muertos y 190 heridos, en su gran mayoría shiíes. Pero han actuado también en Kabul, en el atentado en el templo de Abu Fasal, con 61 muertos, que estaban celebrando el Ashura, la fiesta shií más importante. igualmente, se les atribuye participación en el asesinato suicida que acabó con la muerte de Benazir Bhutto en diciembre de 2007. El Lej ha reivindicado, por no extendernos más, el atentado de octubre de 2016 a un centro de entrenamientos de la policía de Quetta, en que fallecieron 61 personas, incluyendo cadetes y oficiales del ejército.

     Según oficiales del ejército, el LeJ dispondría de un santuario al Sur de Afganistán y ha establecido, en estos años, lazos con los talibanes y con al-Qaida, así como con el grupo suní paramilitar Ahle Sunnat Waljamaat (ASWJ), que opera en Pakistán y en Somalia así como con el Movimiento de Resistencia Popular de Irán, “Jundallah”, un grupo terrorista suní de Irán, que opera en la provincia de Sistán y Baluchistán, en la frontera iraní con Pakistán y Afganistán.

 

     Junto a los grupos mencionados más arriba, todos ellos operando en Afganistán o en la zona de la línea Durand pakistaní, han continuado sus actividades terroristas o han iniciado las suyas otro buen puñado de grupos terroristas que han quedado circunscritos a Pakistán total o mayoritariamente. Entre esos grupos, cabe citar a Harkat-ul-Mujahidin o Movimiento de los Combatientes Islámicos (HUM), Harkat-ul-Jihad-al-Islami, Movimiento del Yihad Islámico (HUJI), Lashkar-i-Taiba o el Ejército de los Puros, Tabligh Jamaat o Sociedad para Difusión de la Fe (TJ), o Hizb ut Tharir al Islami (ICG), de la que nació, por escisión, el grupo Akramiyaformado por Akrom Yo‘ldoshev. Mención aparte merece el que es considerado como el  más peligroso de los grupos que actúan en Pakistán: Jamaat-ul-Ahrar

 


     Jamaat-ul-Ahrar (JuA) no opera, pero sí tiene santuarios (zonas de refugio donde no se llevan a cabo acciones terroristas) en Afganistán. El grupo nace en un contexto en el que el TTP estaba perdiendo popularidad por sus ataques a la población civil y, por tanto, perdiendo también atractivo para los militantes que ya no se acercaban tan frecuentemente a unirse al grupo. En ese contexto, el 26 de agosto de 2014, el antes portavoz del TTP, Ehsanullah Ehsan anuncia la creación de un nuevo grupo paramilitar que operará bajo el nombre de TTP Jahmmat-ul-Ahrar. Según Ehsan, la nueva formación no tomaba partido por ninguna de las formaciones políticas que se disputaban el poder, el Pakistan Tehreek-i-Insaf (PTI) cuya cabeza visible era Imran Khan y el Pakistan Awami Tehreek (PAT) que tenía por líder al Dr. Tahirul Qadri. Para el portavoz del grupo recién formado, ambos eran iguales y buscaban los mismos objetivos, que quedaban lejos de los del JuA. El objetivo del grupo recién nacido era, tan solo, implantar la sharia.

     La nueva facción yihadista la componían Omar Khalid Khurasani de la región Mohmand, , de la región Mohmand como emir y, el resto de comandantes eran Qari Shakil Haqqani, de Charsadda, Maulana Yasin de Swat, Qari Ismail de Khyber Pakhtunkhwa, Maulana Abdullah de Bajaur, Mufti Misbah de Peshawar, Maulana Haider y Mansoor Nazim Shura de Orakzai Agency[4].

     Al cabo de un mes, esta organización absorbía a Punjabi-Ahrar ul-Hind, que estaba liderada por un veterano militante al que se conocía en el combate como Qasim Khurasani. Qasim pasó a ser también emir, junto con Omar Khalid[5]. Los objetivos de la formación se fijaron en el Ejército de Pakistán, los políticos democráticos, los seguidores de Occidente y las milicias del comité de paz.

     Este grupo nacía, como se ha visto, muy poco antes de ISIL-K, que firmó su partida de nacimiento en octubre. Entre ambos grupos hay reconocimiento pero también disenso. Mientras ISIL-K aceptaba ser la provincia de Khorasan y se subordinaba al DAESH y a su líder Abu Bakr al-Bagdhadi, Jahmmat-ul-Ahrar no reconocía a éste como líder y consideraba emir de DAESH al líder talibán el Mullah Omar. A pesar de ello, los seguidores de Khurasani veían en los milicianos del DAESH y el ISIL-K a sus “hermanos muyahidines” y aceptaban extender el califato a Pakistán, como se defendió en su publicación en inglés de la revista Ihya-e-Khilafat. El califato debía extenderse a “cada rincón y esquina del mundo”, según recordaban en un comunicado emitido con motivo del tercer aniversario del 11-S[6].

  

     Todos los grupos que hemos visto, se amparan y tienen su santuario en una zona en la que se mueven con impunidad casi total: la conocida como “línea Durand” en las provincias que conforman el territorio conocido como FATA.

 

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[1] https://www.descifrandolaguerra.es/las-areas-tribales-de-pakistan-el-corazon-de-la-insurgencia-yihadista/

[2] https://www.lanzadigital.com/general/diez-anos-despues-de-la-muerte-de-bin-laden-al-qaeda-esta-mas-fuerte-que-nunca/

[3] ALONSO MARCOS, Antonio (2015), “Central Asia in the strategy of Islamic State (IS): consequences for Europe”, en Actas. VII Jornadas de estudios de seguridad, Madrid, Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado, pp. 89-120

[4] https://www.dawn.com/news/1127905

[5] https://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/jamaat-ul-ahrar-un-importante-actor-armado-en-el-complejo-escenario-afganist%C3%A1n-pakist%C3%A1n

[6] Idem

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